Un San Valentín Relajante en Oporto
¿Todavía sin plan para San Valentín? Te proponemos la escapada perfecta a Oporto, una ciudad muy romántica y relajante a la que podemos llegar en pocas horas, por eso la mayoría de españoles que la visitan cada año lo hacen en coche.
Sin embargo, y puestos a sorprender con algo romántico, qué mejor manera que llegar a Oporto a través del rio Duero. Y es que desde la localidad salmantina de Fregeneda podemos coger un barco en el Muelle de la Vega Terrón que nos llevará sobre el agua a la segunda ciudad más importante de Portugal.
Hoteles con Spa en Oporto
La mejor manera de disfrutar de este fin de semana de San Valentín es buscar un hotel con encanto en el centro de la ciudad. Oporto se ha convertido en una de las capitales del romanticismo de Europa, y muchos de sus hoteles ofrecen, a precios muy reducidos, experiencias inmejorables en pequeños Spas.
Son Spas relajantes algo diferentes a los que estamos acostumbrados en los hoteles españoles. Más bien podríamos hablar de baños convertidos en Spas, al más puro estilo American Beauty. Disfrutar de tu propio spa en privado es la mejor manera de acabar una noche perfecta después de recorrer las encantadoras calles de la ciudad.
¿Qué ver en Oporto en 24 horas?
Oporto no es una ciudad muy grande, por lo que dirigiéndonos al centro podremos ver los lugares destacados, y dejar para otra escapada el resto de lugares.
Dejemos la zona de la Ribeira y el puesnte de Luis I para la tarde, así podremos disfrutar de ese lugar en su momento más mágico.
Comenzaremos nuestro itinerario en el norte de la ciudad. La Avenida de los Aliados en un punto clave de la ciudad, junto a ella encontramos el Ayuntamiento y la plaza más importante de la ciudad la Plaza de la Libertad. A ambos lados de la avenida que recorre de norte a sur esa parte de la ciudad encontramos la espectacular Librería Lello e Irmao, escenario de la película Harry Potter, la calle comercial Rua Santa Catarina, el Mercado do Bolhao de frutas y verduras, el Palacio de la Bolsa, la Catedral y la Iglesia de San Francisco.
Muy cerca encontramos otro de los puntos más destacados de la ciudad, la estación de San Bento, decorada con miles de azulejos. Podemos acabar la mañana recorriendo esas calles, y comer en el centro de la ciudad, antes de llegar a orillas del Duero. En numerosas ocasiones nos encontraremos con el mítico tranvía 22, al cual podemos subir para ver también algunas de las calles más recónditas de Oporto.
El atardecer y la noche son el momento perfecto para dejarse llevar por el final del Duero. Ya hemos visto lo más importante de la ciudad. Olvídate del tiempo y abre bien los ojos para ver las coloridas fachadas de la zona desde ambos lados del puente. En la parte baja encontraremos los restaurantes más sofisticados de la ciudad, y en la alta los más curiosos.
Al volver al hotel es el momento de disfrutar de un relajante baño en el Spa. Es importante reponer fuerzas para acabar de ver Oporto durante la mañana del domingo, antes de regresar a casa.